Introducción
Los
éxitos de la ciencia, en su alianza con la tecnología son indudables. Nos han
proporcionado una gran capacidad para explicar, controlar y transformar el
mundo.
La
importancia de la ciencia y la tecnología aumenta en la medida en la que el
mundo se adentra en lo que se ha dado en llamar "la sociedad del
conocimiento", es decir, sociedades en las cuales la importancia del
conocimiento crece constantemente por su incorporación a los procesos
productivos y de servicios, por su relevancia en el ejercicio de la
participación popular en los procesos de gobierno y también para la buena
conducción de la vida personal y familiar.
La
enorme capacidad cognoscitiva de la humanidad debe ejercer una influencia cada
vez mayor en la vida de las sociedades y las personas.
Por
eso es que la reflexión sobre la ciencia es un tema al cual el pensamiento
moderno, sobre todo el de la segunda mitad de este siglo, ha dedicado especial
atención.
Este
ensayo se dirige a personas que estudian las ciencias (naturales, sociales,
técnicas u otras) o se interesan por ellas para presentarles una cierta imagen
de la ciencia tal y como ella emerge del debate contemporáneo. Enseñar y
aprender la ciencia requiere una cierta "vigilancia epistemológica"
que impida que nuestros actos epistémicos sean conducidos por enfoques que simplifiquen
y tergiversen la naturaleza real de la praxis científica.
La
tesis que anima mi exposición es ésta: no sólo necesitamos saber de ciencia
sino sobre la ciencia.
Según
creo, la relevancia de este planteamiento es extensiva a las personas que se dedican
principalmente a la actividad tecnológica. La ciencia y la moderna tecnología
son inseparables; en consecuencia han llegado a ser actividades casi
indistinguibles. Es difícil saber a que se dedican las personas que trabajan en
un laboratorio de investigación-desarrollo de una gran industria: ¿hacen
ciencia o hacen tecnología? Quizás simplemente hagan "tecnociencia",
actividad donde los viejos límites son desdibujados.
En
todo caso cualquier discusión sobre la ciencia es relevante para la tecnología
y viceversa. A fin de cuentas se trata del conocimiento y su significación
social.
El Dominio de la Ciencia y la Tecnología
La
tecnología moderna apoyada en el desarrollo científico (tecnociencia) ejerce
una influencia extraordinaria en la vida social en todos sus ámbitos: económico
político, militar, cultural. La Revolución Científica del Siglo XVII, y la
Revolución Industrial iniciada en el Siglo XVIII fueron procesos relativamente
independientes. La fecundación recíproca y sistemática entre ciencia y tecnología
es, sobre todo, un fenómeno que se materializa a partir de la segunda mitad del
siglo y se acentúa notablemente en el siglo actual. El tránsito que vivimos del
siglo XX al siglo XXI es un período profundamente marcado por el desarrollo
científico y tecnológico.
Progreso de la ciencia e ideal ético.
Al
evaluar la idea de progreso hemos tenido en cuenta argumentos epistemológicos y
lo hemos considerado en términos de verdad.
Pero
algún otro requisito debería imponérsele desde una visión ética y humana. El
progreso en la ciencia -y la tecnología- debería suponer una mayor capacidad
para ayudar a resolver los grandes problemas humanos, o atenuar los enormes
desequilibrios que son propios del mundo de hoy.
Eso,
desde luego, no depende sólo de la ciencia y los científicos. El problema es
que la ciencia es un fenómeno social. La actividad científica es una actividad
humana entre otras y está enlazada con las restantes dimensiones de lo social:
política, económica, moral, entre otras.
IMPACTO DE LOS AVANCES TECNOLÓGICOS EN LA BIOSFERA
Introducción.
La cuestión del impacto global
del desarrollo tecnológico en el medio ambiente no es nada nuevo ya que
trasciende en el de cursar del tiempo. El impetuoso progreso tecnológico ha
propiciado la transformación de las condiciones de vida del hombre, la multiplicación
de la población mundial, el incremento del gasto de energía, la producción de
alimentos y la necesidad de bienes de consumo en general, así como el desarrollo
de una nueva carrera armamentista emanada de la lucha contra el terrorismo y
con el afán de una repartición del mundo.
Lo anterior ha traído consigo la contaminación
ambiental, la deforestación, el surgimiento de las grandes ciudades y guerras
innecesarias, que se han convertido en un problema para la humanidad. Teniendo en
cuenta esta situación se aborda la problemática actual existente entre el
desarrollo tecnológico y su influencia sobre el medio ambiente, teniendo en
cuenta como promotor principal “EL HOMBRE”.
El ser humano con su participación
puede mitigar el daño que le hacemos al medio ambiente y con esto a nosotros
mismos por lo que es un compromiso que tenemos con el futuro de la humanidad
para el desarrollo armónico con el resto de la naturaleza.
CONCLUSIONES:
Para concluir, resulta incuestionable
que el desarrollo tecnológico ha producido un salto en las condicione de vida
de la población pero ah traído serios problemas al medio ambiente con muy malas
consecuencias y que están causando la desaparición paulatina de las especies.
La solución de los problemas
ambientales requiere un enfoque global y ético, sin significar la aplicación de
medidas de carácter general. Además, las soluciones no proceden solo de la tecnología.
Para conseguir un planeta saludable y con futuro se debe tener mayor acceso más
equitativo a los recursos dentro de cada país y entre los países, y la participación
de los ciudadanos teniendo en cuenta la concepción del desarrollo como un proceso
armónico en el que la explotación de los recursos sea con una visión de
futuro, por lo que se aspira a una forma superior de desarrollo más equitativa
y más humana.
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